Manantiales (puquios), agricultura, cosmovisión: esto y más encontró la arquitecta Rocío Álvarez durante un viaje de estudios a Lamas, selva del Perú. Considera que cualquier proyecto de mejora en la zona debe respetar esos elementos.
Por María José Salazar. 02 julio, 2018.Lamas, primera ciudad fundada por los españoles en la selva (departamento de San Martín), posee un territorio de gran riqueza paisajística y oportunidades para el desarrollo agrario y turístico. Se le conoce como “la ciudad de los tres pisos”, pues posee altitudes que oscilan entre los 310 m.s.n.m. y los 920 m.s.n.m.
Como parte de sus estudios de maestría en Arquitectura, Urbanismo y Desarrollo Territorial Sostenible, la docente del programa académico de Arquitectura (Facultad de Ingeniería) Rocío Álvarez, realizó un viaje a dicho territorio. El objetivo fue elaborar una propuesta que permitiera aprovechar la presencia del agua en toda la región, así como restaurar el interés por los manantiales (puquios) y construir un potencial turístico donde el medio natural fuera protagonista.
“Los sistemas de organización comunitaria propician el cuidado de los ecosistemas, la protección de la biodiversidad y la conservación de un eje cultural basado en el valor del paisaje y en el cuidado de la naturaleza”, señaló.
El detalle del viaje, lo que se pudo observar y las conclusiones fueron expuestos a los profesores de la Facultad de Ingeniería, durante el seminario de investigación e innovación.
“Antes de visitar el territorio recurrimos a muchas fuentes documentadas. Durante el viaje, hicimos investigación, trabajos de campo e inmersión etnográfica en la provincia de Lamas. Recorrimos distintos centros poblados, comunidades nativas y el distrito mismo. El contacto con la población fue constante y, gracias a ello, obtuvimos información valiosa para entender la zona en su real dimensión cultural, histórica, geográfica”, afirmó.
Para Álvarez, Lamas es un territorio vivo, con muchas historias contadas por los hombres y mujeres del pueblo kechwa —surgido de los pueblos originarios de esta región— y también por los mestizos que nacieron de los matrimonios con gente de fuera.
“Las historias también incluyen la visión de todos los seres vivos, considerados por ellos como humanos. Eso es lo que las cosmovisiones indígenas amazónicas nos enseñan: que estamos en un mundo donde todos los seres vivos tienen derecho a la vida y a contar su propia historia. Todo esto debe tomarse en cuenta para entender la particularidad de habitar en dicha zona”, agregó.
En este sentido, según explicó la especialista, el estudio aportó una propuesta de adaptación que incorpora lo rural y lo urbano, el cuidado de la naturaleza y la conservación de la cultura kechwa – lamista.